El territorio argentino está sustentado por dos placas de la corteza terrestre:
la Sudamericana y la Antártica.
Las porciones americana y oceánica de nuestro país se relacionan con la placa Sudamericana, que soportó la acción —desde el Oeste— de la placa Nazca.
La placa Nazca subducciona, progresivamente, por debajo de la placa Sudamericana. Este proceso geológico ha producido las siguientes consecuencias:
• plegó y elevó los sedimentos acumulados en el borde occidental de la placa Sudamericana;
• fracturó y reelevó el borde continental ya formado.
Es por ello que en la porción americana emergida de nuestro país el área montañosa se encuentra al Oeste y el área llana se emplaza al Este.
En el área montañosa podemos distinguir dos tipos de montañas:
• originadas por plegamiento (ejemplo: Precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza);
• originadas por fractura (ejemplo: Sierras Pampeanas).
Este acomodamiento de las placas es la causa de los movimientos sísmicos y del vulcanismo.
En el Este predominan las zonas llanas, donde se acumulan los sedimentos transportados por los agente exteriores (ríos, viento, etc.) depositándose sobre un bloque muy antiguo, de rocas duras denominado macizo de Brasilia.
Con respecto a la actual Patagonia Extraandina debe señalarse que es un desprendimiento de la placa Antártica, que derivó hacia el Norte y se soldó a la placa Sudamericana aproximadamente a lo largo del actual valle del río Colorado. Se considera que ese fenómeno de soldadura se produjo a fines del Paleozoico y principios del Mesozoico y por ello hoy en día la Patagonia Extraandina integra la placa Sudamericana.
Con respecto a los fondos marinos que forman parte de la porción oceánica de nuestro país debe consignarse que sus fundamentos geológicos son complejos.
La placa Antártica, por su parte, es el fundamento de la porción antártica de nuestro país. El desplazamiento de las placas y la acción de los agentes exógenos determinan las unidades estructurales. Estas unidades son formaciones originadas en la misma era geológica, constituidas por rocas semejantes y afectadas por los mismos agentes transformadores del relieve, que en la actualidad se presentan con grandes rasgos de unidad.
Adviértase que un sector puede presentar una morfología similar aunque esté conformado por distintas estructuras; ejemplo es la Patagonia Extraandina donde predomina el relieve mesetario, pero las unidades estructurales que lo forman se pueden dividir en dos grandes grupos: nesocratones y cuencas.
Los nesocratones representan áreas positivas del basamento desde mediados de la era Paleozoica, por lo que se acumularon sobre ellos espesos mantos de formaciones continentales; sólo sufrieron algunas transgresiones marinas durante los movimientos epirogénicos negativos. En los nesocratones las formaciones marinas son de escaso espesor.
Las cuencas, en cambio, son áreas de hundimiento que están formadas fundamentalmente por grandes acumulaciones sedimentarias, principalmente marinas, depositadas durante las transgresiones en las eras Paleozoica y Mesozoica, a veces sobre basamento; incluyen elementos volcánicos cenozoicos.
FUENTE:
REY BALMACEDA, RAÚL:
Geografía de la Argentina, Bs. As., A-Z, 1992.